Me dejo ir
me dejo caer
me dejo doler
bucear los ojos del espejo
dolerme y sonreírme
/regresarme
El pensamiento es río.
Lo nado con los pies por el asfalto.
No sé bien a qué distancia
están los ojos que me ven como ese río
/sé que existen
porque los vi existir mirando como ríos
indomables sumergibles infinitos,
Heráclito jugando con el agua
como con tiempo inasible.
¿Cuántas veces recibiré a mi muerte
en ese río
con las manos mojadas de esperanza,
ojos de otoño
y angustia de desvelo?
Dejaré extenderse el fuego en ese río,
dejaré apagarme y caminar,
encenderme /enmudecer,
dejaré crecerme y decrecerme
hasta llegar al fin
que es otro mar
que es ese mar que es esta muerte
que sabe empezar sus horizontes.
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