(Banda sonora del Poema y de la película The Artist)
¿Con qué se envuelve
un poema?
La sonrisa o la
lágrima o una presión dulce en tu pecho
lo abraza.
Que si el tic tac no
cesa
el sueño tampoco.
Apaga las velas con la
luz de tu deseo.
El recuerdo se te
vuelve como un corazón, a la caza
de más pálpitos de
juego
que nos envuelven y
nos vuelven mansamente locos.
Encantándonos del
canto del azar sin abandono
nos salimos a encontrar
sin cuerda, con un acuerdo
¡que de la piñata
caiga la sonrisa de unas alas!
alas de gominola en
las gotas leves de un paseo.
En la festiva escena
camina la sombra de
mis iris
a lo lejos te veo ya mirando,
por encima del pastel
la luz anónima de
nuestro hechicero brindis.
chin-chin
sentados sobre una alfombra
que camina por las
calles del feliz asfalto,
recuerda así el albor
confuso del ahora.
Con la gamberra tez que
se sonríe
anduve, metiendo el
dedo siempre en tartas
que no eran mías/ “no
me ven”
pensaba/ pero me
grababas con una cámara de magia que allí estaba
con ojos de aurora y
camaleón,
con el color que se
te ofrece
cuando canto sueños
de papel que vuelan
reencontrándose y
bailando en el aire de estos puentes
Y si el puente está
vacío por
un miedo de vejez
triste
canta otra vez el
sueño
por el que tú viniste
y los puentes del
poema y de la música
se encuentran otra
vez volando bailes
de color, de tiempos
que se pasan y repasan
las vivencias del
futuro aire.
En el serpentino club
donde la habitación
es más que diálogo difuso
donde el número par o
impar que nos recuenta
ya no cuenta para
contar cuentos liberados de los muros.
Dulce magia desnuda
manos de juego eterno,
incumplido
cumpliendo sueños a
pasos de gigantes
a pasos de pequeños
gritos susurrados en la playa del olvido
Nos guardo esta
memoria y
desempolvo y desenvuelvo
este poema
guardado para tiempos
sin tic tac
para tiempos con
espacio y especiales.