jueves, 15 de septiembre de 2016

buceo

yo siempre te he leído desde el fondo:
un mar donde sí puedo... saber que sé la herida
saber que aún sé

abrir la sal como en tu boca haciéndome saliva aliento
donde aún sea posible deshabitar el hueco
el hueco /aún no sus imposibles

/yo siempre te leo desde el fondo y aún más cerca
más cerca

abrir las palmas y aprender a utilizarlas
/hacer cueva con ellas:
nuestras voces siendo cuenco donde la sopa del dolor
huela a otra cosa a reflejo habitado
en ti este mar
¿en mí?
que leas mi pozo hogareño de amor con tu lengua

y me abras —la boca
el sadismo del silencio 
y mi ceguera

ábreme la carne con las yemas para extinguir ausencias
extinguir tanto vacío
mojar palabras haciéndonos tormenta
hacernos charco espejo y más temblor
la luz posando sus texturas inasibles en los zafiros que se abren en tu rostro

me miras —"de cerca me miras"—
las afiladas hojas de otoño de horizonte caen aquí
la piel muy dentro abierta
y sangro
me desprendo
despacio me hundo —te leo— despacio me acerco
un pájaro después del mar me habita me agranda hasta lo ínfimo
y vuela   —donde dejaste tus palmas tan abiertas como cuevas— allí vuela 
aterriza y aún 
bucea. 


Luces

 
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