sábado, 9 de noviembre de 2019

Las uniones de quien somos: 'Romeo y Julieta. Estrellas cruzadas'

El grupo Hysteria Teatro nos sorprende con esta adaptación de la obra de William Shakespeare, con un elenco talentoso en volandas de su esfuerzo y una dirección y dramaturgia cercanas, absolutamente sensibles y respetuosas con la esencia del genio de Stratford-upon-Avon.

La directora Noelia Pérez y la dramaturga Laura J. García han creado una obra de profunda sensibilidad y en conexión permanente tanto con el idioma shakesperiano como con el espacio social que nos atañe hoy. La identidad aquí, como en el original de Shakespeare, es la médula espinal en torno a la que gira la historia —tanto la historia de los personajes como la del individuo actor-actriz que lo encarna— gracias a un proceso creativo incorporado al texto a través de la improvisación y la reflexión, que dan cuenta del cuidado de la amalgama que forman estas estrellas cruzadas: los cuerpos en la lucha, la muerte atravesando, la duda en la rutina del ahora y los porqués reverberando. Todo ello, enmarcado por la gran pregunta: ¿Quiénes somos? ¿Quiénes somos tras la máscara, quiénes somos en el amor, en el valiente sueño que lo atañe? ¿Quién soy yo en mi nombre y en mi sangre? ¿A qué corazón vuelvo cuando vencen las consignas del enfrentamiento?

Desde fuera, Noelia Pérez lanza una pregunta al escenario, en pleno auge de la acción, directa de repente, en franca conexión con el texto original de William, acercándolo en segundos al ahora de la persona que encarna el personaje: ¿qué es la muerte para ti?, dice. O, ¿qué es la familia para ti? Ahí, en esa apelación respira el observador-espectador, invitándolo al espacio mágico del escenario y también, al mundo interior del actor-actriz como individuo. En este ejemplo de algo que sucede en la obra, observamos la gran capacidad de la dramaturga, Laura J. García, para mantener la formidable esencia y calado de la obra de Shakespeare pero acercándolo apasionadamente a la visión de nuestro mundo ahora. Además y por supuesto, es una muestra más del enorme trabajo y capacidad del elenco que pone alma, emoción y cuerpo a las preguntas que respiran en la obra.


Todos los elementos de 'Romeo y Julieta. Estrellas cruzadas' están al servicio de esas gigantes preguntas. Aquí, el movimiento de los cuerpos —su apasionada, simbólica y bellísima lucha escénica—, el vacío en el espacio y el mismo cuerpo de la luz son compañeros de un por qué: por qué el amor no es suficiente, por qué la muerte ahora cuando había un cauce de semilla, por qué esta guerra y este caos en lucha o por qué este odio desde el nombre cuando en la sangre nos bombean sueños hermanados.

Todas estas energías —y más— confluyen en el escenario cuando el grupo Hysteria Teatro pisa las tablas, siempre en defensa de la belleza y el arte que rebosan en cada línea del texto, en cada escena y también en cada espectador después de la función. Tras su fabuloso estreno en Nave 73 el pasado mes de julio, vuelven —y además, esta vez con entrada libre hasta completar aforo— los próximos días 11 de noviembre (a las 19:00 horas) y 12 de noviembre (a las 17:00 horas) en la sala B García Lorca de la RESAD. No pierdan de vista a este grupo humano que trabaja al servicio del alma del teatro; nos tienen preparados viajes al centro de la belleza y la emoción.

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DIRECCIÓN

Noelia Pérez

DRAMATURGIA

Laura J. García

REPARTO

Andrea Real

Nacho Almeida

Cloti Fernández

Alba Pineda

Mercedes de Miguel

Silvia Henares

Silvia Larrauri

Víctor Meléndez

Agustín Riveiro

Javier Mira

COREOGRAFÍA DE LUCHA ESCÉNIC

Víctor Meléndez

COMPOSICIÓN MUSICAL

Lutgardo y Giancarlo Domínguez

lunes, 19 de junio de 2017

Isla y cafuné

a quien me nombró la palabra 'cafuné' 
(acto de acariciar con ternura el cabello de la persona que amas; en portugués de Brasil)
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Regreso a aquel mismo momento muy a menudo: hay un abandono de caricias en mis ojos de catalejo naufragado. Las golondrinas besan el amanecer y su rumor se mezcla con el de la gente recogiendo los pedazos de la noche. 
Estaba tan solo como lo estoy ahora y no me duele; el silencio escribe con palabras imposibles; ahora me fascino con alguien que sí entiendo y recibo una grieta como la de quien mira por el catalejo y recibe abismos, un pensamiento roto o unas manos acariciándose a sí mismas por imposibilidad o cansancio, el cafuné lejano y el silencio intraducible.
No tengo más país que mi cuerpo ni más esperanza que la lengua.
Otros países y esperanzas me abandonan en la isla cuando la música baila en las heridas
y hay silencio.
No busco más lugar que el del encuentro
y no encuentro más tierra que el exilio
ni más piel que la pereza, la fatiga de los barcos en las nubes
y el impulso de saltar para que la soledad sea paisaje
para que al aterrizar sean tus manos el agua o el viento de mi pelo
para inventarnos así el silencio como dos islas que se unen. 

martes, 6 de junio de 2017

El cigarro, la araña y el avión


le pido a mi jefe una pausa para un cigarro 
antes de regresar al peso de las cajas llenas/ vegetales, huecos/ fruta incertidumbre.
Lanzo el humo: cuánto me parezco a un tubo de escape, pienso 
mirada presa 
hacia abajo como buscando flores en el ruido;                     
hilos grises
volando desde mí por si alguna vez me hago paisaje...
y el peso encima.

Hay una pequeña araña gorda en el suelo.
Voy. La piso y punto. ¿Por qué...
si sé que existe y se ocupa de criaturas invisibles
y veloces, hambrientas de gatos callejeros?

He notado crujir bajo mi bota a la pequeña araña gorda,
le puse todo mi peso encima y fin
/la muerte a veces cruje
¿cómo la he notado crujir bajo la grande suela gorda de mi bota?
ni siquiera observo su quietud de huella
porque hay pájaros más ruidosos que una muerte
y un avión está posando su estela sobre la montaña.
respiro tres segundos y regreso a la carga
el peso con la pesadumbre.

Pienso en el avión y más aún en la araña;
la maté por los hilos
grises, fuego dentro estela/ hilos
hasta la quemadura piel adentro.
Pequeños hilos gordos 
atravesando las hendiduras de mi risa
y cae la sangre
/ni siquiera el artificio de los pájaros me surca
como el avión a la montaña.
ni siquiera
porque la sangre abandonada pesa. 

las criaturas de mi propia sangre me mienten a la cara,
se mienten en su espejo.
las criaturas de la calle vienen 
y me tiemblan bien, pero se dan la vuelta
/creo que algún pequeño hilo gordo las arrastra.

he matado a la pequeña araña gorda.
ha sido por los hilos y la casa
llena de pequeños hilos pegajosos.
Me crecen nudos en las huellas que
quizá veas en tu suelo: 
quizá te asombre mi fósil/ o por el telar
donde mis ojos o por las arrugas mi quejido,
el fin/ el cansancio me seca 
las lágrimas la pesadumbre.
Algún tipo de final me espera... maté a la pequeña araña gorda
pero yo soy el aplastado.
El artificio de los pájaros se ha olvidado de surcarme.
No me preguntes por qué si, cuando acabe otro cigarro,
todavía hay un avión esperándome.



Luces

 
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