Hay golpes de martillo rodeando al niño
y una lágrima en su rostro tiene la música de todos los
terrores.
El metal helado se filtra por su sangre
como la memoria del chillido.
El aire huele a ceniza a polvo y a tabaco
y el niño pregunta a las estatuas con sus lágrimas de grito
inconfesable
a dónde ir para jugar.
2 Comentarios:
tantos son los idiomas de la infancia...Un abrazo
Ese niño tiene que encontrar su salida, su juguete perdido,
se repite e insiste en tu poesía.
Mi ambrazo
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