miércoles, 26 de diciembre de 2012

El perseguido


Le persiguen las manos de nieve del error y el miedo.
Está desnudo y se esconde, pero hace frío en sus paredes
donde el desencuentro le lanza al bosque donde hay roca afilada y pies,
los suyos, heridos por este camino donde huye de todo y todos
y la soledad es fría.

El camino se estrecha
el perseguido que soy consuma su sonrisa, pisoteado
por los pies robustos del reloj de arena.
A cada grano caído se cae
recae y recae y no sabe nada del tiempo -lleno de miedo-
y el perseguido transforma su lágrima en arena
(arena que cae).

Los pulmones trepan hasta la boca con
su dolor y su sabor sangriento y los pulmones respiran el
dolor, causando heridas.
el perseguido se despide del mundo dañándole
con la rabia inmadura del llanto que grita en medio de todo un desierto.

En él vence la sombra
y a dentelladas intenta despedirse de la sombra;
muerde los troncos de los árboles que uno a uno caen.
Cuando todo está caído el cielo es una  sombra, más nueva más compacta y más perfecta.

Huye y no sabe a dónde, como un pájaro huyendo de la Madre tierra,
huérfano de cielo
hijo del miedo que le persigue desde el espejo.

Corre y corre y se fatiga como la liebre perseguida.
como la liebre perseguida volviéndose hecha monstruo
y devolviendo un grito huidizo y tremendo y lleno de zarpas y dolor inconsciente
haciendo heridas con las garras del miedo.

Por fin
una vez estallada la semilla donde se escondió el vacío y donde el miedo dice adiós
rebrota el perseguido de su sombra
y ojalá no sea tarde para volver sin ser del miedo.


jueves, 20 de diciembre de 2012

Prometo heridas


Hablaba con la puerta de cristal... me dijo que necesitaba aire;
yo, dueño de la magia entorpecida de los primeros años, golpeé
y el cristal saltó hacia mí entrándome en la carne del cúbito o el radio
cortándome de tajo la magia entorpecida y ofreciéndome un dolor incomprensible
comprendido ahora desde la cicatriz que requiere su propio aire.

Quise ofrecerme una nueva puerta, llena de aire y de futuro...
-no tengo pulmones (dice la puerta, cerrada a sal de lágrima y sin cantos)

Comprendo ahora que el ofrecimiento está lleno de heridas
/ellas tienen su propio tiempo, su propia arena de glóbulos y sombras
y me ofrezco en el espejo como otra herida aún sin cicatriz.



sábado, 15 de diciembre de 2012

Reloj amigo


desde una sombra adelantada salí a buscar su paso a tientas.
la música dibujada a pálpitos constantes
me recordaba un corazón sin adiós ni calendario
tan sólo un pálpito, otro pálpito / todos los pálpitos de tierra
con que se dibuja la vida.
los ojos lloraban y todas las lágrimas eran también de tierra
/con sus manos de agua y sal buscaban la música
y la música desde su cárcel de cristal aguja y engranaje, cómo no,
sonaba sin detención ni abismos de la cárcel.
y yo
sin ganas ni fuerza ni más consuelo que el cansancio
salí de su cárcel a morirme lejos de la música y la cárcel
pero la vida está llena de música y de valiente pálpito
así que el reloj
vino a buscarme cuando estaba próximo a arrojarme
y ahora mi muerte siembra su vida con otra música más nueva
desde un rincón donde recuerdo la reconciliación
con un tic tac que invisiblemente me lanza un beso justo cuando no esperaba nada. 



lunes, 10 de diciembre de 2012

Conversación tras el jardín


cuidado con lo que escribes, no vaya a alimentarte el esqueleto.
cuidado con lo que dices o dejas en el territorio del silencio
no vaya a ser que alimente sólo a la muerte tuya o de los otros.

cuidado
no reveles los secretos de tus cicatrices
aguarda en el jardín y no salgas, no beses a las sombras
/ el amor es del jardín, no de tu esqueleto roído por las cicatrices...

cuidado
no vayas a estropearlo todo /el jardín la sombra, el esqueleto

cuidado
y aguarda en el jardín para no necesitar
los imposibles de tu vida.

Te prevengo de ti
te prevengo de mí
/somos lo mismo.

Cuidado
no vayas a serte un esqueleto o una sombra sin jardín.

Aguarda
aguarda
Javier
tras los nombres de tu nombre espera el aire que procede de las plantas de los brazos o de la lluvia de los ojos

Cuidado
no te quedes solo en el territorio de ceniza
Cuidado
de tener tanto cuidado y no dejarte ir a otros jardines.


jueves, 29 de noviembre de 2012

La vela blanca


La vela blanca
no sucumbe
ante la niebla negra
situada tras mis ojos.

Su llama limpia
me ofrece aromas de naranjos
/a mí que tanto olía
a los párpados del muerto.

Su cera
sobre mi piel sola
abraza con candentes ojos
a cada lágrima de soledad tan sola.

Yo no ocupo sus espacios
con mi llama
pero también la abrazo
/ella me conquista
y yo, con un mirar de pájaro,
la libero de su cárcel de cristal
con una caricia dictada por el dios de la ternura.

Y es así
la única manera en que nos consumimos:
jugando al ciclo de las caricias
y las llamas tras las nieblas negras
/llenándonos
de una blanca eternidad
con piel de beso.


martes, 20 de noviembre de 2012

Lejanías


(banda sonora del poema, de Ennio Morricone)


¿con la seguridad de qué ceniza
usurpas
el fértil campo del silencio?

¿con el permiso de qué sangre
le arrancas
la flor de música a ese viento?

tu voz tiene el nombre
de lo contaminado por las voces de la sombra dentro de tu voz
y el silencio
no te quiere.

Javier/
tu nombre tritura a la pesada niebla
con tu niebla de pasado
tu nombre pinta con una gama de negruras.
el silencio se guarda de ti
con su color de faro
inalcanzable

y el poema reconstruye
tu silencio
como una casa sólo de tejados.
la nieve la lluvia y la sombra
te caen por igual
a cada lado de tus manos

y aguantas tu dolor encerrado como
un corazón de cárcel de costillas...

La luz no pasa
la luz no te tiembla
la luz se aleja.
todo, sin silencio
se te aleja
al igual que las miradas
al otro lado del puente


sábado, 10 de noviembre de 2012

Salto al precipicio


Las anémonas del acuoso suelo
miran los rincones de mi yerma tierra

se preguntan
como tú/
a dónde me voy con todos
los precipicios

Las alas han dejado de buscarme.
las ventanas siembran
la soledad, como un corazón en la inerte
sombra de los maniquíes.

Y algún día
saltaré
saltaré sin la consciencia
del final del pozo...

Las anémonas
me miran desde su tallo y su flor.
mis ojos secos
están llenos de llantos
que ya no sé expresar.
y la casa del lenguaje
me abandona al precipicio eterno
de esta soledad y este
silencio.


lunes, 5 de noviembre de 2012

búsquema


Y qué busco
y qué no busco

dibujo la espera
con la tinta frágil de mi memoria,
cansada de no encontrarse

Y qué busco
y qué no busco

la herida cerrada al fin
el espejo sin la hostilidad de ojos de látigo
hacia mí,

que estoy debajo
de los escombros
de lo que busco. 


miércoles, 22 de agosto de 2012

Lejos



Un mar contenido
tras los ojos impávidos / mirada fría

Un silencio
en la línea musical de la multitud / voz de agonía

Una sonrisa
sobre el rostro de los niños muertos / muertos de día

Un horizonte
otro horizonte
el horizonte

y tu palabra y tu silencio tierno
y tu caricia
sobre la amarga soledad
tan obstinada en regalar
su cercanía. 



martes, 7 de agosto de 2012

claroscuro



Piel ante el bisturí
un sensible grito frágil
silencia
los recuerdos de sol y hechizo

la penumbra
despierta a las fieras
y el grito duerme
y la sangre fácil acude a la penumbra

la luz duerme conmigo
la luz se duerme en mí
y la penumbra acude con las fieras
devorándome



miércoles, 27 de junio de 2012

Verano atormentado


   El verano atormentado escupe. La noche se ilumina; el cielo hace fotografías con el flash puesto y el paisaje, de asfalto humedecido, parece desierto. Las gotas caen violentas contra el suelo. Las gotas caen violentísimas como si millones de paracaidistas hubieran decidido, de repente, arrojarse al vacío con los bolsillos llenos de plomo y con paracaídas tan frágiles como papel de periódico.
   Mientras observaba el aluvión tras su ventana pensaba en la cantidad de veces que le habían repetido aquella frase: “Piensas demasiado”. ‘Piensas demasiado, piensas demasiado…’, se repite, mientras plaf, plaf, plaf, el agua se cuela por la ventana. Piensa entonces en una imagen de un sueño que tuvo: llovía en la ciudad y bailaban, él y ella, como dos Gene Kelly bajo la lluvia y sin paraguas. La música, en el sueño, venía de las gotas que se chocaban contra el suelo alocadamente.
   ‘Piensas demasiado’...
   Quizás haya pensado demasiado y haya perdido el tiempo demasiado mirando por la ventana sin saber cómo ni cuándo cambiaría el mundo. Quizás haya soñado demasiado con empaparse y chocarse contra la agresiva lluvia, como si él fuera la lluvia que se arroja y que se escupe contra el suelo, como si él fuera cada pequeña gota…
   ‘Ya basta’.
   La noche le ve caminar entonces por el asfalto que se desdibuja a ríos. Sus pies se empapan. También su cara se empapa mientras mira hacia el cielo que le arroja gotas fuertes. Se detiene. Ni coches, ni pensamiento, ni nada. Ni siquiera vacío; es difícil sentirse vacío bajo ese manto. Un manto de arrítmicas y suicidas gotas, y un manto de deseos que le empapan. La ropa está pegada ya a su cuerpo; indisoluble, como el agua al asfalto. A lo lejos ve acercarse una figura: lo que parece una persona, detrás de esa cascada.
   Las dos figuras se acercan bajo la cascada. Las ropas de ambos están pegadas a sus pieles y caminan el uno hacia el otro sin pensar en el quién; se acercan. Se acercan y bajo la cascada se reconocen. Él a ella y ella a él. Se reconocen como dos anónimos bajo la tormenta de verano.
   Las gotas se multiplican mientras los dos anónimos, el uno delante del otro, se observan; dos rostros que sudan el aroma del cielo, dos miradas que posan sus flechas en otra mirada y en otra piel que es la misma piel excitada bajo una lluvia atormentada. En sus ojos ven un pensamiento: la tormenta, cada gota, cada rayo y cada trueno, es el idioma con el que habla la distancia; la tormenta, cada gota, cada rayo y cada trueno, es el muro que bajo el sol del día a día nos ponemos.
   ‘Basta de pensar’, se dicen…
   El cielo, entonces, lanzó otra fotografía y hoy, en el museo del Tiempo, cuelga el retrato de dos cuerpos desconocidos que se besaron y se mezclaron bajo un diluvio y un verano atormentados.

(Cuadro de Piet Mondrian 'Paesaggio a sera')


 

lunes, 25 de junio de 2012

Legados



sálvame los ojos
cuando no sepa más
que equivocarme

castígame la sombra
cuando se cuele
en la sonrisa

respírame los besos
cuando no me quede
voz

acaríciame todas las pieles
cuando un dolor
invada cada hueso

extíngueme la ausencia
del espejo con el fuego
de tu sexo

arrójame hacia el mundo
cuando tenga
un miedo atroz

sáltame la cara
proyectada en el charco
de cien lágrimas

arráncame la boca
por si alguna vez no dije
te quiero

compárteme y repártete
entre los rincones
yermos
de deseo

y cuando
sea nube de ceniza
suéñame los sueños
que me queden por jugar.


Cuadro de Glenn Brown.

martes, 19 de junio de 2012

hay verbos...



hay verbos
que son estacas clavadas en mi corazón:

romper
morir

romper a lágrimas.
se rompen las sonrisas a sí mismas al chocarse con las lágrimas

y todo
la lágrima
la sonrisa
 acaba en una dulce muerte.




sábado, 26 de mayo de 2012

el niño Alfred, de ceniza



vi al pequeño Alfred en el metro.

al lado de su asiento
otra niña, que jugaba con su padre/
avivaba las sonrisas del vagón
con un juego de palmadas y canciones

Alfred
con la inocencia muerta del niño que conoce una muerte/

se despertó del fuego fugaz de aquella niña
y salió del metro
huérfano de juego, huérfano de magia.

vi al pequeño Alfred en el metro.

y ese día
el niño Alfred no era más que
un fantasma de cenizas.


miércoles, 2 de mayo de 2012

La fe del que juega



Desde lo alto de la ciudad se les podía distinguir. Grupos de burbujas jabonosas e infantiles les seguían en sus pasos, dejando a su rastro hileras de pequeños arco-iris (dibujados en cada una de las pompitas con las que jugaban). No se les podía llamar adultos. No se les podía llamar niños. En todo caso se les podía llamar vivos. Simplemente. Y no es que vivir quiera decir caminar por la ciudad agarrados de la mano mientras un desfile de burbujas te acompaña; es que ellos estaban cerca de la felicidad, y creían fehacientemente estarlo haciendo ese tipo de cosas.

Un día hay quien dijo, desde lo alto de la ciudad, que se habían suicidado juntos arrojándose a un camión. No se sabe si es verdad, lo cierto es que desde ese día no se les ve. Pero aún hay quien escribe en lugares escondidos que “desde lo alto de la ciudad se les puede distinguir”. 


miércoles, 25 de abril de 2012

palabras que me dice el niño Alfred



Idiota. Arregla ya la puerta de tu cuarto, que soy pequeño y no puedo entrar. Estás encerrado y no sales a jugar. Idiota. ¿Por qué no juegas como antes? Me tienes un poco abandonado. Estoy aquí tan solo, en un lugar de tu cabeza… Encima vas y desdibujas la Rayuela, ¿y yo con qué juego ahora? Eres tonto. A veces pienso que te odio. Pero no te preocupes. Me gusta estar aquí, aunque seas un poco tonto. Eres un poco tonto porque te sientes más frágil de lo que eres: dejas que te marquen el camino para que digas lo que te pasa (con las palabras que se esperan de ti) cuando eres tú el único que lo sabe -aunque no lo sepas explicar del todo-; eres tú el que sabe salir y saltar con la vitalidad de un sol nuevo. Sabes jugar mejor que nadie. Yo he estado en otros cuerpos y en otros tiempos y espacios. Y hacía mucho que no encontraba a alguien que supiera jugar tan bien como tú. Pero te estás empezando a comportar como un idiota más, de los que caminan solos sin saber jugarse sus tristezas a otro juego; para alegrarse. Tú sabes hacerlo. Pero te paralizas. Por eso te llamo idiota y tonto. Soy pequeño, pero hace mucho tiempo que lo soy. Quiero decir que sé más cosas que tú. No seas tonto. Yo sé muy bien que eres un poco frágil. Como un jarrón de cristal fino. Yo procuro llenar el jarrón de tu cuerpo de pájaros que encuentren en ti los horizontes que yo siento (o he sentido, hace no demasiado); así, cuando estés en una caída (de las que tenemos hasta los pequeños como yo), te levantes volando; yo te puedo mostrar las pistas, pero no puedo hacer el trabajo por ti; tampoco lo van a hacer unas pastillas, ni unas cervezas, ni nada así… Es el momento de que vengas a jugar conmigo y de que sigas jugando sin miedo a que los demás te juzguen por jugar.
Anda… dibújame una rayuelita más, que me aburro.
Y venga… deja ya de alimentar tu tristeza con espejismos de felicidad y ábreme la puerta. Que sabes jugar. Ábrete la puerta. Que hay luz fuera. 




martes, 24 de abril de 2012

en este tiempo...



en el tiempo de la imagen
nace el poema como espejo
de lo perdido
de lo añorado

en el tiempo de lo tocable
nace el verso como defensa
de lo esencial
de lo ignorado

en el tiempo del Mercado
el poema ruge
la libertad de regalarse,
el vuelo de vivirse en contra

en el tiempo de lo global
nace la Musa sola
para gritarle al Cisne lluvias de desiertos dulces
/para cantarle al poeta el vetusto sueño que en el ayer perdido tuvo

en el tiempo del no-hay-tiempo
emerge la poesía en calma,
tormenta de pétalos de fuego
huracán de abrazos en sosiego

 en el tiempo del tormento inacabado
verso estrofa y aire sonriéndose el
placer de no someterse:
las palabras se conquistan como dos cuerpos que se mezclan

en el tiempo de la tramposa democracia
 el poema se empatiza con tu lágrima
tengo un verso de dos labios
para las sales de tus penas

en el tiempo de la duda
cantan los poemas las verdades indecibles
el absoluto encanto de los cuerpos coloridos
/el absoluto sueño de jugarnos y arrojarnos a la vida

en el tiempo de un robot
palabras de sangre
rebrotan
la emoción del desocupado campo del deseo

en este tiempo de silencio responsable
llegan los poemas
para lanzar su grito / a veces a silencio dibujados/
con un juego tan libre como eterno

y es que…
el
“tic
tac
tic
tac
tic
tac”
no es más que pilas del reloj
ante
el Tiempo
del poema


lunes, 16 de abril de 2012

los caballos proféticos de Alfred


los labios esponjosos de las nubes
se comen la montaña

mientras Alfred sueña
con caballos tristes

llegan ellos/ para enseñarle a amar
todo cuanto queda por morir

“todo trota y avanza inevitable
el tiempo
la vida”

las palabras de los caballos
llegaban
al inocente Alfred

como un juego más
/e inocente, Alfred

no sabía
que el tiempo y la vida

se comían la montaña de su juego
con labios afilados y sangrientos 


Durmiente, caballo, león, invisibles. Salvador Dalí

viernes, 13 de abril de 2012

la caída del niño Alfred


(aunque no lo vayáis a entender...)

ahora
justo ahora
cuando el pequeño Alfred
piensa en volar
con sus chiquillas manos
dibujando alas en el camino del cielo

ahora
justo ahora

es cuando le veo
caer.

y en el cielo
las hileras de sangre a los extremos de su sonrisa

parecen tan dulces
como toda la magia
olvidada.


(Cuadro de Egon Schiele; Agonía)

lunes, 9 de abril de 2012

Historia del beso psicótico


(Recomendación para quien quiera leer con música de fondo. BSO del relato del compositor Philip Glass)

Escribe pensamientos en su pequeño y envejecido cuaderno:
     <<La ciudad me grita. ¡¡Bebe, existe, resiste!! ¡¡¡Sal a caminar mis calles frías!!! Desahógate. Algo me pide correr. Puedo ganar al tiempo.
Quiero sólo que dejen de matar el tiempo -que no existe- para dejarme ser una hormiga, dispuesta a edificar una de las maravillas del mundo.>>
    Y por las calles corría. El viento era sólo una prueba más de su alma agitada. La melena sucia pintaba a pinceladas las calles semivacías de Madrid. La mitad del vacío lo completaban las prostitutas que le gritaban algo a lo lejos mientras corría, y corría. Sin rumbo. Sin rumbo. Sin motivo. Como sus desmotivadas lágrimas dibujando un sendero descendente por su rostro, mientras corría. Las lágrimas se empujaban contra la piel, y el viento se empujaba contra su cuerpo entero. Le dolía el pecho, lleno del gusano casi eterno de la angustia. Corre en busca de cosas imposibles. Quizás tan sólo corra en busca de un juego perdido. Quizás tan sólo corra porque necesite un beso de un amor que no empiece como muerte. Quizás sólo necesite pensar en algo que no sea una muerte. En un beso no de humo. <<Pero las lágrimas se secan mejor con humo que con sonrisas de saliva.>>
    Frena.
    Enciende un porro, sentado en un portal. El humo espeso se mezcla con el vaho de invierno. El humo espeso vuela como si estuviera en un puente colgante. Él lo mira así. El puente es invisible. En todo el aire, la niebla se mezcla con el humo y Darío piensa que eso es algo parecido a un beso.
    <<El avance es una lucha contra la muerte. Soy el huracán dentro del volcán.>>
    Deja que el porro se apague y se lo guarda, casi terminado, en el paquete de tabaco. Se pone en pie. Y corre. Corre. El tiempo le atosiga. El tiempo le llega como un pensamiento recurrente y enfermo. Como si sólo fuera consciente de la muerte que significa el tiempo que se escapa. Corre como si quisiera adelantar al tiempo, y entonces el enfermo es él, sin que lo sepa. En busca del imposible Darío corre.  
    Y transita las calles en el inicio de otra madrugada que no le lleva a ninguna parte. También, incluso corriendo, escupe humo. La niebla callejera vuelve a besar al humo durante un efímero instante, sin que él sea consciente.
    <<Madrid en invierno. Qué gris está todo. El silencio me perturba y sólo puedo avanzar para alejarme del dolor. En el aire hay como un rocío frío de angustias. En el avance grito mi libertad.>>
    Con las piernas ya dolidas de cansancio y las angustias aún de lava refulgente, decide entrar a un bar lleno de jóvenes universitarios. La música no deja escuchar las voces. Piensa que esa es la condena de esos jóvenes (que tienen algún año más que el joven Darío).  Mira a una chica. Con la seguridad de la inconsciencia y la valentía de la locura se acerca a ella. Darío sonríe con aire chulesco y ella responde con una seductora timidez.
    -En menos de 15 minutos tú y yo estamos fuera besándonos, ¿qué te apuestas? -Darío sonríe natural y Brenda sorprendida.
    Después de una conversación olvidadiza en la que lo importante para los dos era tan sólo el beso por llegar -mucho antes que las preguntas sospechadas de un encuentro desconocido- la carne de sus labios se mezcló con una fuerza nerviosa. Las piernas de Brenda se agarraban a Darío mientras éste la alzaba, la juntaba contra su cuerpo y se apoyaban contra la pared y mientras, Darío, inexplicablemente, temblaba de frío. Después de algunos besos con la carga entera de una pasión casi colérica, Darío cayó, helado, al suelo, mientras Brenda escuchaba unas palabras que, según su mirada impresionada, asustaban. Darío hablaba de tiempo y de muerte y de infancias recobradas dentro de la muerte. Decía “La tristeza es sabrosa… Pero duele, daña, mata…” Brenda no entendía. Posaba su mano cálida sobre el rostro de un Darío que temblaba y reflejaba en sus ojos un alma-niño con un dolor tan viejo como el espejo de Narciso.
<<Me considero tan auténtico como la psicología interna de un dibujo de un niño pequeño -acosado por angustias.>>  
    Darío acompañó a Brenda. Se despidieron. Darío siguió corriendo, y en el reguero de pena y angustia que dejaba su carrera, se perdieron inevitables los besos frenéticos; entonces, el azulado cielo que precede al primer rayo del alba miró a Darío en un banco de una plaza de Madrid, encendiendo un puente de humo espeso que se mezclaba con la niebla. Un beso más de olvido. Un beso más…







domingo, 1 de abril de 2012

Confesiones conversadas del ateo. I



(En una roca que se asoma al atardecer de la montaña. Un hombre de canosa barba habla con fuerza. Solitario; ignorante más bien de la gente que bajo la gran roca escucha.)
“Llegan los tambores, las saetas, las flores y los ruegos a las vírgenes. Llegan las miradas al cielo. Llegan los dioses de la nada. Llega Dios. La flagelación de lo natural. La sangre sin sangre, el lloro vacío o el aire prejuicioso contra la libertad de vivir o no, la libertad de malvivirse con la plena alegría de malvivirse si uno quiere; el pecado es una culpa puesta en un altar. La culpa nos escupe enredaderas y yo me desato”. (De entre la roca aparece otro hombre…)
// Qué dices tú, ¡ateo! //
[[ Digo que si Dios fuera mujer no sería ateo, a lo mejor agnóstico. ]]
// ¡Blasfemas! //
[[ Jajaja. “Blasfemar”. Qué verbo tan raro… No sé si tiene más que ver con “jurar” o con “condenar”. Yo juro que sin dios estoy más libre. También juro que es porque acepto las cosas a las que no puedo poner nombre. Es como el amor. Aunque le llame amor, aunque lo describa como un beso del que salen pájaros de flores, nunca voy a acertar a definirlo. Y acepto mi limitación de no saber. Tú lo llamas Dios. Yo puedo no querer nombrarlo de ninguna forma; no necesito personificar en un ser (que para mí es Vacío) todo lo que no sé nombrar. ]]
// Lo necesitarás. Como lo necesitamos todos, hermano. Algún día sentirás eso que yo siento. Sentirás esa sensación de felicidad plena, o de miedo total. Necesitarás dar sentido a lo inexplicable, darás sentido a las señales del Señor, si es que dejas de cegarte para no verlas. Sentirás que la vida tiene algo más allá de lo que ven tus ojos, algo… //
[[ …algo que tú llamas dios y que yo llamo poesía, o que yo llamo musa… La diferencia entre tú y yo es que tú, al llamarle Dios a esa cosa que sientes, tomas por dogma infalible una serie de conductas o pensamientos. Te dices: “esto es bueno, esto es malo”. Y eso precisamente, va en contra de la vida (que de por sí es cambiante, absurda y en muchas ocasiones, amoral). Te da miedo ese cambio, ese caos de cosas sin nombre. Os da miedo ese cambio. Y por eso os quedáis en Dios. Y no me importa. En muchos casos estáis más felices que el resto, más felices que yo. Pero no puedo vivir así. ]]
// Hermano… Qué ignorante eres.
[[ Ignorante sin velo, ignorante dispuesto a saber más. ¿Tú qué sabes?
// Yo sé que Dios me ama. Yo sé que Dios me protege. Yo sé que Dios existe. Yo sé que existe lo correcto y lo incorrecto. Yo sé que cuando mi cuerpo sea polvo mi alma tendrá un sitio más allá de tu vacío. Y sé también que tú eres bueno, pero has de encaminarte hacia el Bien, porque por el camino que vas, el Mal no te dejará ver las cosas que yo sé, no te dejará sentir lo que yo siento.
[[ No necesito sentir lo que tú sientes. No lo necesito. ¿Crees ser un privilegiado, verdad? Tu Dios es el pretexto que usan muchas personas (también, y sobre todo, tu “Santa Madre Iglesia”) para abusar de las personas buenas, para manipularlas; utilizan a ese dios tuyo para hacerse poderosos. Todo con el pretexto de pensar como tú piensas; de pensar que sois portadores de la verdad absoluta, del pensamiento real y clarificador del universo: esa es la pólvora de todas las religiones. No quiero religiones. No quiero dioses. Los dioses quitan el sentido y el sabor de los sentimientos mágicos.




viernes, 17 de febrero de 2012

Secreto juego de felicidades


(Banda sonora del Poema y de la película The Artist)


¿Con qué se envuelve un poema?

La sonrisa o la lágrima o una presión dulce en tu pecho
lo abraza.
Que si el tic tac no cesa
el sueño tampoco.

Apaga las velas con la luz de tu deseo.
El recuerdo se te vuelve como un corazón, a la caza
de más pálpitos de juego
que nos envuelven y nos vuelven mansamente locos.

Encantándonos del canto del azar sin abandono
nos salimos a encontrar sin cuerda, con un acuerdo
¡que de la piñata caiga la sonrisa de unas alas!
alas de gominola en las gotas leves de un paseo.

En la festiva escena
camina la sombra de mis iris
a lo lejos te veo ya mirando, por encima del pastel
la luz anónima de nuestro hechicero brindis.

chin-chin
sentados sobre una alfombra
que camina por las calles del feliz asfalto,
recuerda así el albor confuso del ahora.

Con la gamberra tez que se sonríe
anduve, metiendo el dedo siempre en tartas
que no eran mías/ “no me ven”
pensaba/ pero me grababas con una cámara de magia que allí estaba

con ojos de aurora y camaleón,
con el color que se te ofrece
cuando canto sueños de papel que vuelan
reencontrándose y bailando en el aire de estos puentes

Y si el puente está vacío por
un miedo de vejez triste
canta otra vez el sueño
por el que tú viniste

y los puentes del poema y de la música
se encuentran otra vez volando bailes
de color, de tiempos que se pasan y repasan
las vivencias del futuro aire.

En el serpentino club
donde la habitación es más que diálogo difuso
donde el número par o impar que nos recuenta
ya no cuenta para contar cuentos liberados de los muros.

Dulce magia desnuda
manos de juego eterno,  incumplido
cumpliendo sueños a pasos de gigantes
a pasos de pequeños gritos susurrados en la playa del olvido

Nos guardo esta memoria y
desempolvo y desenvuelvo este poema
guardado para tiempos sin tic tac
para tiempos con espacio y especiales.




jueves, 9 de febrero de 2012

Democracia de ceniza, justicia de papel


   La acusación abanderada por los jefes corruptos de la trama Gürtel, Francisco Correa y Pablo Crespo, consigue, de la mano del justiciero Tribunal Supremo, inhabilitar a Baltasar Garzón once años.
    El Supremo ha tenido muy en cuenta que Garzón ordenara intervenir las conversaciones de Correa, de Crespo y de Antoine Sánchez con cualquiera de sus abogados. El Supremo ha dado el máximo valor a este dato, interpretándolo como una violación al derecho de defensa. ¿Acaso se viola así el derecho de defensa, teniendo en cuenta que lo que Garzón buscaba era demostrar unos delitos de empleados públicos que intentaban aprovechar la propia condición de empleados públicos para su beneficio personal? (me pregunto yo)…

    La acusación contra Garzón, el juez (por justo, ya no por serlo -desgraciadamente-), no ha escatimado en calificativos hacia Garzón: “inconstitucional”, “infamante” o “monstruoso” han dicho. Aunque claro, todo entre odas al compañerismo que les unió durante años en la Audiencia Nacional. Por otro lado, Antolín Herrero y Pilar Valcárcel han defendido la legalidad de la actuación del juez Garzón interviniendo las conversaciones de la trama Gürtel por considerarla “proporcionada” en relación a la gravedad de los delitos. A pesar de esto, el Tribunal Supremo, mostrándose totalmente regio y agresivo en su sentencia ha condenado a Garzón por “prevaricación y delito cometido” con el “uso de artificios de escucha y grabación”. Ha llegado a comparar esas prácticas (que en otros juicios sirven como pruebas totalmente válidas) con prácticas propias de regímenes totalitarios. (Y yo a esto lo llamo burrada). No discuto aquí hasta dónde llega el límite de la confidencialidad para conseguir pruebas. Lo que discuto es el hecho de que el poder influya tanto en esta condena. Lo que se desprende de esto es la podredumbre del sistema judicial español, su corruptibilidad.
    Y así, la primera víctima del caso Gürtel (además de todos los que nos sentimos estafados) es un juez. ¿Un juez polémico? Puede ser. Pero un juez que ha ido y ha tratado de cortar por lo sano con la corruptibilidad política, en su caso en la trama Gürtel. Y ahora el que va a tener que pagar a Francisco Correa es el mismo que ha intentado demostrar lo denostable y lo injusto de la trama en la que Correa estaba inmiscuido. El balance ante ese intento: once años de inhabilitación; y aún dos juicios contra Garzón por celebrarse.
    Y por su parte, Francisco Camps absuelto. Francisco Camps, el “ejemplar”, el “militante destacado” (según Mariano Rajoy y el portavoz del PP Esteban González Pons). Camps absuelto por el caso de los trajes, que recordamos, es sólo una pequeña parte de todo el caso Gürtel. Además del caso de los trajes, en el que Camps ha salido de rositas (absuelto de cohecho por cinco votos contra cuatro, tras el fallo del jurado), el Tribunal Superior de Justicia autonómico investiga desde mayo el grueso más amplio del escándalo. Están imputados Vicente Rambla (número dos de Camps en el gobierno valenciano) y Ricardo Costa, mano derecha del expresident, acusados ambos de amañar contratos millonarios y de conseguir financiación ilegal para su partido a través de la trama empresarial del Gürtel.
    A lo mejor también salen absueltos. A lo mejor también tras la absolución pasa como con Camps en el caso de los trajes: que la fiscalía se echa para atrás a la hora de recurrir la sentencia y llevarla al Tribunal Supremo; hecho en el que la izquierda valenciana ve (y quizás no sin acierto) presiones del Gobierno de Rajoy al Ministerio Público. Y si la Fiscalía Anticorrupción se echa para atrás justo después de una sentencia tan injusta (al menos para la causa anticorrupta), es como mínimo para pensar en presiones de quienes tienen el mando del poder...
    Podríamos hacer más comparaciones y nombrar el caso Urdangarín en sus relaciones con Camps… Podríamos nombrar Mercasevilla, el caso Faisán, las Islas Baleares… Podríamos nombrar del mismo modo a unos partidos políticos o a otros. Podríamos nombrar muchos más casos en los que la corrupción parece tan evidente como absuelta de toda culpa y responsabilidad (política y judicial). Pero como eso es lo normal en este país… Nos quedamos callados mientras se juzgan jueces en búsqueda de justicia (más allá del sometimiento o no a la ley escrita).
    Pero mejor será seguir luchando y seguir persiguiendo a los tramposos; luchando por dar justicia y recuperar la memoria perdida de los republicanos, por ejemplo; luchando por atacar de raíz a los que se ríen de lo público mientras lo defienden hipócrita y falazmente; luchando por cambiar las cosas desde caminos nuevos, caminos creados con valentía para tener un mañana mejor. Siempre será mejor eso que el silencio o la quietud.


    La Plataforma "Solidarios con Garzón" ha convocado para esta tarde a las 19:00 horas una manifestación a favor del magistrado en la Puerta del Sol de Madrid. Bajo el lema, "Contra la vergüenza de una inhabilitación injusta", los convocantes se unirán para protestar "en repulsa de la sentencia" del Supremo.

Fuentes: Sentencia del Tribunal Supremo // El País // El Mundo // Público // CadenaSer

domingo, 15 de enero de 2012

Las Historias de Julio (Capítulo II)



    Yo no esperaba nada de aquella noche. Pero mira, a veces un sueño como ese te llega al alma. Y me vi morirme en aquella caída (lo sentí). En aquel adiós. En aquella oscuridad. Pero desperté, y tras una escritura mermada por una resaca casi siniestra y tras la lectura posterior y la reflexión lenta, desperté. Y sigo igual. ¿O estoy distinto, por el hecho de estar despierto, abierto al mundo? A mí nunca me han importado estas cosas. Nunca me había importado ver más allá de lo que se mira, ni tampoco escribir. Algo había leído. Sí. Eso sí. Pero después de aquel amanecer tuve que coger un bolígrafo (lo fui a comprar, no tenía) y me tuve que poner a escribir aquellas imágenes. Aquella pequeña historia.
    Mi cabeza suele ser muy desordenada. No recuerda escenas enteras de los acontecimientos cotidianos, ni de conversaciones… Pero aquello…sí.
    Y aún recuerdo también las palabras de la luna (o lo que quisiera que significara esa luna en la oscuridad de mis párpados cerrados): “no eres más que olvido, no eres más que nada.” Esas palabras me han hecho pensar. Y me han hecho cambiar mi forma de hacer las cosas.
    Desde que tuve aquel sueño he empezado a leer mucho. No sabía por qué autores empezar. Gracias a esta “pérdida” he tenido que indagar en mis recuerdos y acordarme de las palabras de alguna gente: de un antiguo amigo del instituto hablándome de escritores y escritoras; de las estanterías en las que mi madre tenía tantos libros; incluso de alguna lista con libros interesantes que nos daba a los alumnos algún buen profesor (interesado y apasionado por transmitir el saber a esos alumnos); y también he recordado aquellos pocos años en los que yo mismo escribía. Creo que todo aquello que escribí lo quemé. Pero he podido intuir –mientras releía el sueño- una forma de escribir más o menos innata en mí.
    En fin. Que no te aburro. Te voy a contar sólo las cosas que creo rescatables de mi vida de hoy y poco a poco (según lo recuerde) de mi vida de ayer; incluso con el tiempo es posible que me anime a escribir fábulas, teatro… Quién sabe.
    Hoy he salido a por pan.
    - Señor Julio. ¿Cómo le va? Hacía mucho que no le veía por aquí. Le veo con mejor aspecto. Parece usted más joven.
    - Elena… No me llames señor y tampoco me hables de usted, por favor… Sí, hacía tiempo que no venía. No sabía que se me ve mejor. Gracias, pero no creo que sea nada del otro mundo. Nunca lo he sido. -Mientras Julio hablaba Elena cogía dos chapatas pensando “Julio siempre pide esto”.
    - Aquí tienes Julio-.
    Me daba vergüenza estar ahí, con mis manos temblorosas y un sudor frío (llevaba muy poco tiempo sin beber alcohol). Después de recibir de Elena un par de miradas a las manos (tras lo cual me quedé callado durante dos segundos que parecieron una eternidad) me fui de allí con dos chapatas. Me fui de allí con la sensación de haber descubierto una nueva mirada. La de esa chica a la que había visto tantas veces y a la que nunca había acertado a tan siquiera atisbar; con esos ojos almendrados que verdeaban la blanca harina; con esas manos que suponía tan suaves tras lo áspero del trabajo; pero sólo podía atender a sus ojos, aunque no tuviera la valentía de mirarlos fijamente... Al llegar a casa para comer algo escribí los primeros versos después muchísimos años. Mientras los leía pensaba en mí cuando era joven: Recordaba que había existido.
    “Ojos de lluvia / gris canción de alegría.
Voz de sangre. Gloria contra el frío eterno.
Sol de la luna y estrella de lo sombrío.
Esa mujer es la frágil harina del tiempo que vivimos.
El cielo entero dibujado en mi nada con una antorcha /de marrón y verdes”.

miércoles, 4 de enero de 2012

The Artist, puro Arte hecho de Cine


à Breve sinopsis:
   
    Hollywood 1927. George Valentin es una gran estrella del cine mudo a quien la vida sonríe con fama y éxito. Pero con la incursión del cine sonoro, su “reinado” quedará sepultado en el olvido. Por su parte, la joven actriz Peppy Miller verá impulsada su carrera a lo más alto, al firmamento de las estrellas de ese renovado Hollywood repleto de bocas y gestos que empezaban a hablar.

* The artist, puro arte.

    La película parece sacada de los mismísimos años 30. Aún sin ser un gran conocedor del cine hollywodiense más clásico (entre los que me incluyo), uno se sentirá embriagado por ese espíritu de cine “hecho por y para el entretenimiento”.
    Es de esas películas con las que te dejas llevar. Seguramente la gran mayoría de gente que es al mismo tiempo “novata” y cinéfila (entre los que también me incluyo) entrará al cine con escepticismo. Pero qué grata sorpresa es salir de él con una especie de nostalgia mágica por un cine que ya no está, pero que todavía es. Por eso, esta película es, ni más ni menos, una prueba más de que el arte es arte más allá del tiempo en el que sea hecho.
    Pero me preguntarás, ¿y la mudez de la película? ¿y el blanco y negro? ¿y cómo hacer para escuchar algo más allá de la música? La mudez de la película está tratada con una gran inteligencia. El blanco y negro es ágil; usado también con inteligencia y más aún, con una belleza tal que nos hará recordar, quién sabe en qué momentos de nuestra vida, diversos fotogramas. Por todo ello hay que dejarse guiar para poder escuchar todos estos homenajes que nos hace el arte; en esta película en concreto, esos homenajes llevan nombre: Exclamación, dirigida al gesto, al poder visual y al significado que dan actores y actrices a todo el cine, el de hoy y el de siempre; como símbolo de esta reivindicación tenemos a unos encantadores Jean Dujardin (encarnando a la perfección tanto a la estrella muda como al "caído" no resignado) y Bérénice Bejo, expresiva, graciosa y también encantadora);  el otro nombre que resalta como homenaje es el de Necesidad; de un guión bien trabajado, es decir la necesidad de contar con historias que tengan un sentido pleno al tiempo que tengan una naturalidad alegre. Y sin dejar a un lado ese poderío visual inconfundible, hemos de destacar la música (cómo no hacerlo en una película muda). En algún momento de la película es algo estridente y cargante, pero se lo perdonamos. En general funciona muy bien con todo ese cuadro en movimiento.
    Siguiendo con homenajes. Hay escenas memorables que merecen recordarse: la escena de George y Peppy en las escaleras nos recuerda a ese Chaplin de Tiempos Modernos; el color y el contraste entre los grises en una habitación llena de sábanas blancas (ya verán que no es algo gratuito) que nos abraza con su belleza oxigenada; ese perro tan genial que nos sorprende durante todo el filme; o la imagen de George mirando su sombra en la luz de un proyector de cine (como preguntándose “¿qué fue de mí?”, o “¿qué fue del cine mudo?”).
    Michel Hazanavicius nos ha regalado esta hermosa locura. Hoy. Sí. Hoy. En este siglo XXI. Ese pesado siglo de la tecnología y la información en el que el cine busca alternativas en el 3D y en el que parece que tendrá que buscar también un modelo de negocio en Internet (claro que si se bajaran el precio de las entradas ganarían mucho más de lo que han perdido y no tendrían que hacer demasiado con internet). Pues en ese siglo en el que todo parece planeado, llega un director y guionista y nos regala una historia preciosa, bien hilada y genialmente trenzada para encajar en la mente y en el recuerdo del espectador; con una película muda.
    No sabemos si todo esto viene motivado por un homenaje al cine clásico o por una infravaloración del cine actual. Lo cierto es que, sea lo que sea, es una película de gran calidad. Muy recomendable. ¡Ah! Y por si acaso…Llévate una ropa cómoda, es posible que después de salir de la sala te entren ganas de bailar…
- Nota:  8,5 / 10.


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