domingo, 1 de abril de 2012

Confesiones conversadas del ateo. I



(En una roca que se asoma al atardecer de la montaña. Un hombre de canosa barba habla con fuerza. Solitario; ignorante más bien de la gente que bajo la gran roca escucha.)
“Llegan los tambores, las saetas, las flores y los ruegos a las vírgenes. Llegan las miradas al cielo. Llegan los dioses de la nada. Llega Dios. La flagelación de lo natural. La sangre sin sangre, el lloro vacío o el aire prejuicioso contra la libertad de vivir o no, la libertad de malvivirse con la plena alegría de malvivirse si uno quiere; el pecado es una culpa puesta en un altar. La culpa nos escupe enredaderas y yo me desato”. (De entre la roca aparece otro hombre…)
// Qué dices tú, ¡ateo! //
[[ Digo que si Dios fuera mujer no sería ateo, a lo mejor agnóstico. ]]
// ¡Blasfemas! //
[[ Jajaja. “Blasfemar”. Qué verbo tan raro… No sé si tiene más que ver con “jurar” o con “condenar”. Yo juro que sin dios estoy más libre. También juro que es porque acepto las cosas a las que no puedo poner nombre. Es como el amor. Aunque le llame amor, aunque lo describa como un beso del que salen pájaros de flores, nunca voy a acertar a definirlo. Y acepto mi limitación de no saber. Tú lo llamas Dios. Yo puedo no querer nombrarlo de ninguna forma; no necesito personificar en un ser (que para mí es Vacío) todo lo que no sé nombrar. ]]
// Lo necesitarás. Como lo necesitamos todos, hermano. Algún día sentirás eso que yo siento. Sentirás esa sensación de felicidad plena, o de miedo total. Necesitarás dar sentido a lo inexplicable, darás sentido a las señales del Señor, si es que dejas de cegarte para no verlas. Sentirás que la vida tiene algo más allá de lo que ven tus ojos, algo… //
[[ …algo que tú llamas dios y que yo llamo poesía, o que yo llamo musa… La diferencia entre tú y yo es que tú, al llamarle Dios a esa cosa que sientes, tomas por dogma infalible una serie de conductas o pensamientos. Te dices: “esto es bueno, esto es malo”. Y eso precisamente, va en contra de la vida (que de por sí es cambiante, absurda y en muchas ocasiones, amoral). Te da miedo ese cambio, ese caos de cosas sin nombre. Os da miedo ese cambio. Y por eso os quedáis en Dios. Y no me importa. En muchos casos estáis más felices que el resto, más felices que yo. Pero no puedo vivir así. ]]
// Hermano… Qué ignorante eres.
[[ Ignorante sin velo, ignorante dispuesto a saber más. ¿Tú qué sabes?
// Yo sé que Dios me ama. Yo sé que Dios me protege. Yo sé que Dios existe. Yo sé que existe lo correcto y lo incorrecto. Yo sé que cuando mi cuerpo sea polvo mi alma tendrá un sitio más allá de tu vacío. Y sé también que tú eres bueno, pero has de encaminarte hacia el Bien, porque por el camino que vas, el Mal no te dejará ver las cosas que yo sé, no te dejará sentir lo que yo siento.
[[ No necesito sentir lo que tú sientes. No lo necesito. ¿Crees ser un privilegiado, verdad? Tu Dios es el pretexto que usan muchas personas (también, y sobre todo, tu “Santa Madre Iglesia”) para abusar de las personas buenas, para manipularlas; utilizan a ese dios tuyo para hacerse poderosos. Todo con el pretexto de pensar como tú piensas; de pensar que sois portadores de la verdad absoluta, del pensamiento real y clarificador del universo: esa es la pólvora de todas las religiones. No quiero religiones. No quiero dioses. Los dioses quitan el sentido y el sabor de los sentimientos mágicos.




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