miércoles, 29 de mayo de 2013

No-Rumbo



¿A qué agarrarse cuando he perdido
hasta los puntos cardinales?

El náufrago otea la línea horizontal que le rodea:
sobre ella, el cielo
oscuro como el recuerdo lleno de azabache
debajo
el mar en el que nadan los muertos de la infancia.

La barca escucha la canción del náufrago
que canta porque no hay camino posible
¿o es posible?...

Canta el náufrago:
"Yo quiero al mar
yo quiero sombras, sal y caracolas...
yo quiero sol, arena y paz
pero me llevan al infierno de arrecifes estas olas..."


6 Comentarios:

Víctor García dijo...

Gran poema lleno de sentimiento y remarcado carácter melancólico. Me identifico plenamente en este momento duro con tus palabras y en la duda constante del futuro.

Un placer leerte.

Javier López-Gomis dijo...

Muchas gracias Víctor. Un placer ser leído y opinado. Me alegra que sirva, al menos, como identificación este poema y que las soledades, con esta sensación, sean menos solitarias.

Menos mal que hay poesía para ello (y para mucho más, claro).

Darío dijo...

Tal vez, como ciertos desquiciados, ir rumbo al mar... Un abrazo.

Malena Millares dijo...

De todo, hasta de lo más horrible, se sale.
Me gusta el poema.
Un abrazo de paz.

Javier López-Gomis dijo...

Mil gracias Malena. Me llega ese abrazo :)

Sara O. Durán dijo...

Y cuántas veces nos convertimos en náufragos, todos estamos susceptibles a serlo alguna vez... o muchas.
Saludos!

Luces

 
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